domingo, 16 de marzo de 2014

La niebla.









La niebla
baja de las nubes,
ella sola,
tupiendo el horizonte
con sus gotas melancólicas.

Melancólicas tardes bajo la lluvia
cuando recordamos los veranos pasados
la lluvia que cae sin cesar
encubriendo los amaneceres desiertos....

Desiertos de arena parecen mis sueños
un oasis en donde apareces entre esta
niebla, y que al alcanzarte, solo es una
ilusión, del deseo que me arrastra hasta
la invención.

Invención Gris el cielo, que me acompaña,
en este caminar entre pinos, arboledas,
frías, como esta mañana de noviembre....
Callada y solitarios senderos....

Senderos por los que la vida camina conmigo,
a veces en amor y otras en hastío,
son añadidos al tiempo vivido,
los caminos de luz las veredas del frío...

Fríos y temibles latidos, acompañan este caminar,
subidas y bajadas en el recorrido del destino...
Ahí donde la niebla espesa lucha por desaparecer,
entre los recónditos sueños, estás Tú...

Tú, y solamente tú, haces que esta niebla gris
se evapore, dentro de mi ser y se transforme
en mi luz, y que llene de colores, mi mundo gris.

Mi mundo gris abraza la tormenta de la tarde
pareciendo que quisiera a la niebla acariciar,
entre pequeñas gotas que resbalan puro alarde
en la brisa que se cubre de esa niebla celestial…

Y de esa niebla celestial… Que va cubriendo el cielo
empapando de añoranza el paisaje, desolado y abatido
donde el viento se hace dueño y señor del desvelo
aportando paz a la serena niebla, en horas de olvido…

Olvido,
del pasado, que lentamente va desapareciendo,
cubriéndolo de niebla, y dejar pasar un nuevo día, el nuestro...
Destiempos, a tropezones, a ratos, deambulando,
 por el camino que me llega a Ti...

A Ti que eres el dueño de mi vida, de mis anhelos y emociones,
te busco entre esta niebla perpetua, y
no consigo encontrarte.
Señor feudal de mi corazón,
cuando llegas se oyen tristes lamentos de trompetas, y
no consigo encontrarte...

Y no consigo encontrarte... Porque esa niebla te envolvió,
entre ella te esfumaste y mi corazón roto quedó,
ya no valen lamentos aquí todo acabó.

Acabó el silencio que me cierra el pensar,
que olvido entre niebla de lo que el corazón late,
inundando el pensar que cada día me encierro,
dejando que la oscuridad selle mi lamento.

Autores:
 
Rarezas Raras, María Olga P. López, Margarita Cruz Humanez, Francis Falcón Sentimientos Del Alma, Pepi Maeses Hidalgo,  Rosana Molina Blasco, Manuela Gonzalez, Joan Perelló Masip, Miguel Ángel

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