domingo, 16 de marzo de 2014

Palabras Sueltas / Palabras Encontradas


Hilvanando Palabras Entre Versos 

                         Os propongo otro juego... PARA COMPARTIR ENTRE TODOS.

                                     Palabras sueltas os dejo... a ver que os sale. 
 

Serenidad, Deseo, Temor, Duda, Amor, Fácil, Seis, Sentido, Fuerza, Tenaz, Sacrificio, Locura, Arrogancia, Honestidad, Orgullo, Enojo, Razón, Descuido, Olvido, Odio, Sueños, Vida, Especial, Sorbos, Sonidos, Piano, Azul, Silencio, Destellos, Penumbra, Romper, Feliz, Sencilla, Envidia, Transparente, Refugio, Humilde, Ternura, Oscuridad, Emoción, Remedio, Inundas, Minuto, Lujuria, Pasión, Hechizo, Placer, Mente, Equivocado, Brújula, Libertad, Espíritu, Puerto, Belleza, Resurgir, Romper, Experiencia, Vivir, Fe, Suerte, Angustia, Nutre, Consuelo, Alma, Porvenir, Imposible, Tristeza, Consecuencia, Crear, Lejanía, Poseer, Melancolía, Maldad, Llamas, Límpido, Arboleda, Exuberante, Aire, Paraíso, Dulce, Lirio, Feroz, Lagrimas, Templo, Aflorar, Oculto, Ojos, Sonreír, Tinieblas, Desafiar, Rabia, Llorar, Bailar, Música, Tú, Quietud, Labios, Bien, Agradable, Lento, Vibrar, Pie, Olas, Perdición, Eterno, Basta, Paciencia, Raíces, Arte, Gozar, Interés, Invierno, Senos, Ritual, Enamorada; Crepúsculo, Negro, Menta, Noche, Monotonía, Prudencia, Abatimiento, Celos, Suspiros.




 Palabras sueltas/Palabras encontradas

 
Serenidad quisiera pero el deseo de tu amor me inunda
y el temor y la duda asoman en mí.

No es fácil, son seis años en tu fuerza,
en tu tenaz persistencia.
Tu arrogancia me lleva a la locura
y en mi honestidad diré con orgullo
y cierto enojo que mi razón como al descuido,
va descansando en el olvido.
No es odio pero aquellos sueños
que me hacían beber a sorbos la vida,
en aquel tiempo tan especial,
donde mi mente, en la melancolía del piano,
en aquellos sonidos que me elevaban al azul del cielo,
a la penumbra de tu estancia y de repente el silencio.
Destellos de aquel feliz encuentro quisieron romper la dicha,
la envidia por el pasado perdido se veía transparente
en la sencilla y humilde morada del refugio,
en la oscuridad que me arropaba.
Emoción sin remedio, en cada minuto
me inundas de lujuria y pasión en un hechizo
donde tantos momentos de placer
siguen presentes en mi mente.
El destino equivocado cambió la brújula de mis sentimientos
y la libertad de espíritu arribaba al puerto del resurgir,
para romper la fe para romper con las cadenas
de esa experiencia que me impedía vivir sin el consuelo,
en la angustia de que mi piel ya no se nutre de ti.
Cuanta belleza en el resurgir de aquel tiempo
en que el cuerpo el alma y el espíritu
nos hacían romper con todo lo establecido,
sin pensar en el porvenir, olvidando la tristeza,
no queriendo saber de imposibles,
sin pararnos a mirar si nuestros actos
traerían alguna temida consecuencia .
Necesitábamos crear desde la lejanía
nuestras propias emociones en el exuberante paraíso
no exento de melancolía, pero si alejado de la maldad,
en la reposada arboleda donde el aire parecía
querer encaminarnos a las llamas de nuestro templo en conjunción.
Dulce sentimiento a veces, otras feroz en la pasión desbordada
donde hasta las lágrimas intentaban aflorar a nuestros ojos
sin querer llorar, simplemente en la emoción de lo oculto
que entre tinieblas parecía sonreír, como queriendo acaparar
el deseo tantas veces contenido y que nos inundaba de rabia
por la demora de nuestro abrazo. Era como desafiar al destino,
que nos obligaba a bailar una danza donde la música
no era la que nosotros elegimos.
Había momentos de agradable quietud,
tras el lento caminar en tus labios
en la paciencia de quien sabe lo que llegará después.
Tú sabías bien como hacer vibrar los sentidos
como arrancar las tinieblas de la soledad.
Olas de placer recorrían nuestros cuerpos,
para llevarnos a la perdición de mil momentos en el abrazo eterno.
Bien quisiera no recordar que tú fuiste el que dio pie al olvido,
fue mucha la paciencia, era la necia enamorada
que quiso echar raíces en la piel de tu abrigo,
gozar en plenitud de tu ya cercano invierno,
vibrar en tu arte, pasear en tu crepúsculo,
en el ritual de mil suspiros al unísono.
Era agradable vivir en la oscuridad,
sin querer ver el negro de la noche,
sin meditar en la prudencia entre mil suspiros,
donde los celos no tenían cabida,
donde la menta era el aroma y el sabor de nuestros días.
Nunca vivimos la monotonía, cultivamos con mimo nuestro nido.
Por qué llegó el alejamiento, por qué ya no reposabas
tus labios en mis senos, por qué miraste otros ojos,
por qué amaste otro cuerpo, por qué tus raíces plantaste en otro huerto.
Dime por qué me has dejado en este terrible abatimiento?
No hay culpables... Tan solo el tiempo.
 
María Olga P. López


2 comentarios:

  1. Gracias por subirlo Miguel, te lo agradezco un montón...

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  2. No tienes que darme las gracias, el poema siguio a lo que se puso y creo que merece estar aquí.
    Un abrazo

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