miércoles, 5 de marzo de 2014

Tiempos aquellos…







Tiempos aquellos…
Me sonaban unos reales en el bolsillo
alegrando la cara del quiosquero
cuatro chicles y unas pipas pa´l paseo…

Las sonrisas compartiendo un caramelo
paseando por la magia de los cuentos,
calderilla… música en el silencio
tiempos aquellos... de felicidad
con cuatro duros y un te quiero.

Bolsillos rotos,
medias perras gordas,
algún real, y contenta me ponía,
a comprar saltando me iba...

Con un sidral y un regaliz
la tarde del domingo
me ponía feliz.

Y del palodú
¿quién se acuerda?
Perra gorda pides tú,
una chica y la cuerda.

Quedan los recuerdos en la historia,
candentes emociones enterneciendo
noches encanecidas por el tiempo
en busca de la esperanza perdida
llamando a la puerta del adiós.

Con la mano apretando
los reales encontrados
en la caja de membrillo
de los hilos heredados,
que descoloridos nos abrasan
el sentido...

Monedas esparcidas
en un bolso de mujer
pululando Cien pesetas
antaño estaban por doquier.

Y la colección de cromos
para rellenar el álbum
que tantas horas de domingo nos robaba
y cuantos céntimos en sobres
en el viejo quiosco nos dejamos.
Imágenes del mundo
vistosos coloridos
despertando a la vida cien aventura
entre ríos y montañas
el misterio de la selva y sus fantasmas...

Belleza que gracias a unos céntimos,
a mucha paciencia y horas de canje,
íbamos disfrutando,
siempre acompañados
de la bolsa de pipas,
una peseta costaba y
 la lengua dormida
nos iban dejando
pues eran saladas
las que saboreaba.

Zipi y zape zascandileando
viñetas de travesuras
papel de domingo
que acababa entre suspiros
de no querer ver el lunes venidero
con sus tardes de deberes
y sus mañanas aburridas
 sin entender la pizarra
emborronada de cifras
desalmadas...

Locomotoro, Valentina, El Capitán Tan,
complemento de nuestros juegos
al llegar a casa, dejando por el camino
a los compañeros de clase y
expoliada la copa de algún árbol,
 para arrancar sin compasión
 la última fruta
que en ella quedaba...
Aquellas peras de inverno…

Que aún me llaman cuando hoy las veo
colgando de las ramas casi riendo y
sin miedo… a que suba a cogerlas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario